Hace casi 2 semanas que regresé de Lima. Pude pasar mi cumpleaños allá, ver amigos (as), salir, comprar, comer, turistear y muchas reuniones de preparativos pre matrimonio (wiiii!).
2 semanas parecía suficiente tiempo para cubrir mi necesidad de peruanidad, pero no, nunca es suficiente, siempre falta algo por hacer y a alguien por ver.